lunes, 22 de junio de 2015

El proyecto ya perdió....

Entre las tantas sandeces que los militontos de la " Estúpidos e Imberbes " reciben para que la vomiten con su ponzoña y su malicia , en cualquier ámbito del que se apropian, resalta aquella que reza " El candidato es el proyecto"....
Ese proyecto, el que le fue inoculado al militonto kirchnerista, el que marcaba la construcción del compromiso austero con la miltancia y con los sectores más vulnerables, el que planteaba el rechazo de plano a todo vestigio de los noventa, el que denostaba los armados de la burocracia política, porque se privilegiaba el trabajo comprometido con las bases enfrentando a las estructuras de cúpula, terminó transformando el slogan " La patria es el otro" en " El cargo es mío"...
El proyecto que compró el militonto sufrió una paliza ética con varios episodios. Por un lado, tras haber denostado a la expresión más acabada del frivolismo de los noventa, del modelo " PanchoDotto", como lo es Daniel Scioli, habiendo destilado su furia por su persistencia en esa candidatura, porque los estaban impulsando a sostener la candidatura de Randazzo, quedaron colgados de la brocha al decidir la jefa que idolatran , pero que los usa como nadie, que había que encaramarse en la popularidad mediática de Scioli, al punto de rodearlo de su monje negro , de su Rasputín, con más puntos oscuros que un adolescente, pero al fin un exégeta de la prosecución del verdadero proyecto, que no es otro que la acumulación de poder y dinero.
Por otro lado, en este armado de candidaturas, utilizaron y perfeccionaron los mismos vicios clientelares, nepotistas, burocráticos, que son el nudo gordiano del enemigo que les vendieron combatir, y que son las armas predilectas de los dirigentes con los que duermen.
Evidentemente, el proyecto que sobrevoló la cabeza lavada del que se enfurece en las redes sociales porque le impusieron a Scioli y lo bajaron a Randazzo, no era el de digerir el sapo de un " emblema del neoliberalismo", o de recibir otra vez con los brazos abiertos a representantes de la política más rastrera como Otacehe, a quienes repudiaron por su viraje al massismo, pero que sus jefes hicieron caso omiso para privilegiar el poder territorial, clientelar y punteril, que pesa más que el romanticismo militante que el cerebro enjuagado compró.
Por esto es que " El Proyecto ya perdió", porque ganó la politiquería clientelar al mejor estilo de la Década Infame, porque ganó la rosca al mejor estilo Lorenzo Miguel, un emblema que detestan, pero que imitan , mal sus mismos métodos, porque en definitiva, se vendieron como la reivindicación de los marginados, mientras los dirigentes, principalmente los apadrinados por el " iluminado " Máximo Kirchner, viven como oligarcas.